domingo, 19 de diciembre de 2010

Dictadura Militar: Represión y tortura en Chile

Tema: Movimientos sociales y sistemas represivos. Episodios de violencia y legislación coercitiva: “La represión militar durante el régimen de la dictadura en Chile (11 septiembre de 1973), hasta la denominada transición a la democracia, luego del plebiscito de 1988”.

Dictadura Militar: Represión y tortura en Chile

Actualmente estudio periodismo en la Usach, debido a la beca Valech que busca la reparación de personas que fueron víctimas de prisión política o tortura. Yo nací el año 1987, entrando casi a la “transición pactada” o más bien denominada democracia, por ello mi participación en esta historia es mínima. Muchas veces, quizás por ignorancia, me han dicho: “¿para qué una beca?” o “hay que olvidar”. Es muy difícil poder establecer un debate, cuando no se manejan y comprenden en su totalidad las cosas que ocurrieron. Es lamentable que la historia se transmita con tantos sesgos, es por ello que este ensayo pretende aportar al conocimiento de la represión vivida en Chile a partir del 11 de septiembre de 1973, los sectores sociales más desfavorecidos y las técnicas ocupadas con el fin de mantener en el tiempo el régimen militar.
Fuente: www.antimafiadosmil.com

Contexto
La aprobación que ratificaba la victoria presidencial de Salvador Allende Gossens (con un 36,3% de las votaciones, seguido por Alessandri con 35% y de Tomic con un 27,8%), realizada por el Congreso Pleno en 1970, sentaba un precedente y un peligro para los intereses de los grupos dominantes en nuestro país y, principalmente para Estados Unidos, quienes veían en Chile un foco expansionista del marxismo de una forma diferente, no por la vía violenta o de guerrilla armada, sino por el clamor popular y los sectores más bajos. Esta fue la antesala de 17 años de represión y violencia física y psicológica, antes de la preciada democracia.

El gobierno de la Unidad Popular, sólo tuvo una duración de 3 años, los denominados “1000 días de la UP”, durante este periodo la dificultad de implementar el programa de gobierno, debido a la minoría que los sectores de izquierda poseían en el parlamento, dificultaban la aprobación de los proyectos, lo que configuró una inestabilidad social y por sobre todo económica. Esto dio paso a que los militares, en conjunto con la derecha dominante y el apoyo de E.E.U.U. comenzaran configurar el golpe militar de 1973.

El asesinato del Presidente Salvador Allende Gossens, el 11 de septiembre de 1973 en manos de las fuerzas armadas, fue la primera muestra de la violencia con que se iba a actuar en nuestro país, con el fin de instaurar de forma drástica un modelo ideológico y económico, provocando  un clima de inestabilidad social entre los sectores populares, de izquierda y  trabajadores.
Fuente: www.controladoresaereos.org
Doctrina del Terror
La desarticulación de cualquier grupo que apoyara los sectores de izquierda fue la principal misión de la Junta Militar, con el fin de mantener a raya cualquier foco de revolución o de doctrinas marxistas, que fueran en contra del nuevo sistema económico y social que se pretendía instaurar a punta de fuego y sangre. Para ello la dictadura militar aplicó una doctrina de terror social, en donde los castigos, desapariciones, torturas, exilios y horribles crímenes fueron la constante, con el fin de minimizar cualquier movilización o protesta.

Según Tomás Moulian en su libro “Chile actual. Anatomía de un mito”, esta dictadura revolucionaria tiene como principal eje central el poder-terror, para reprimir e inmovilizar y para manipular la mente. También el sociólogo explica que los castigos durante esta etapa se deben a la configuración de dos tópicos: “Crueldad y fe religiosa, crueldad y hombres crueles”. El primer factor hace referencia a la justificación de los crímenes en una sociedad ampliamente católica. “La lucha católica en contra del marxismo como un combate a nombre de Cristo”. En cuanto al segundo tópico, podemos señalar la configuración de personajes sádicos, con el fin de darle el funcionamiento a este tipo de dictadura, los cuales generen en la población un clima de inestabilidad y miedo colectivo.
Fuente: www.antimafiadosmil.com

Algunas de las tácticas más frecuentemente ocupadas para infringir esta doctrina del terror en la población fueron las largas torturas en interrogatorios con corriente eléctrica, golpes, quemaduras con implementos como sopletes, vejaciones sexuales, reclusiones en campos de donde se creaba la consciencia de no volver a salir nunca más, la violencia civil en las calles con tiroteos, quizás uno de los más coercitivos fueron el estado de sitio y el toque de queda. También la trágica muerte que sufrían personajes populares o famosos, a modo de ejemplificación, con el fin de establecer que nadie estaba exento de sufrir los embates de la dictadura, como por ejemplo la terrible muerte del músico, Víctor Jara, a quien se le destrozaron las manos y recibió mas de 40 impactos de bala.

Principales grupos reprimidos
El nuevo régimen estaba formado por una Junta Militar y a su cabeza Augusto Pinochet.   La primera tarea por parte de los Servicios de Inteligencia como la Central Nacional de Inteligencia (CNI) y la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) fue reprimir cualquier tipo de doctrina o partido político de izquierda, de corte revolucionario, marxista o movimientos simpatizantes. Según el régimen militar y en un discurso pronunciado en 1977 por Pinochet en Chacarillas, como antesala a la promulgación de la Constitución de 1980, el dictador se refirió al periodo comprendido entre el 73-80 como una fase de “saneamiento social”. De cierta forma, esto era para “justificar lo injustificable”.

Uno de los principales movimientos que sufrió la devastación por parte de la dictadura fue el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), ya que durante la década de los 70’s, sus principales líderes fueron muertos, como el recordado Miguel Enríquez, Secretario General del MIR, asesinado en 1974 en la calle Santa Fe. Así también, otros que fueron exiliados del país. La represión militar dejó un saldo de 573 muertos pertenecientes a este movimiento[1].

Un sector un poco menos estudiado y que también corresponde a la lógica de saneamiento social, está determinado por los ladrones, delincuentes y homosexuales. El texto “La represión que no importó”, del profesor de historia, Sebastián Leiva, muestra como la violencia de la represión los trasladó a las poblaciones más marginales, La Legua, La Pintana, entre otras, estas fueron lugares en donde se reprimió fuertemente a la delincuencia, según el informe Rettig (1991), la dictadura dejó 247 muertos definidos como “ejecución al margen del debido proceso”.

Cabe señalar, que muchos de los delincuentes ejecutados por el régimen, no estaban en militancia social o política con la izquierda. Esto muestra como la violencia, no sólo era determinada a un sector político, sino más bien entra en una lógica de purificación social, eliminando cualquier elemento que pudiera entorpecer la mantención del régimen. Es por ello, que dentro de la lógica de eliminación, se encuentran otros grupos como los homosexuales, sector muy repudiado por la iglesia católica, lo que permitía su justificación, pero no su reconocimiento.
Fuente: www.cgtmosicam.cl

El mundo universitario fue rápidamente reprimido debido a la movilidad social e ideológica que este espacio generaba entre los jóvenes, sumado a los aires de rebeldía que los 60’s habían configurado en el país y el mundo. La instauración del Gremialismo dentro de las universidades, fue la rápida alternativa que puso en marcha la Junta Militar.

No es difícil comprender que los principales centros de estudiantes y federaciones tomaran el rumbo de esta nueva derecha, que dio paso a la formación de la UDI. Destacan nombres como Jaime Guzmán, Pablo Longueira, entre otros. Las principales casas de estudios intervenidas fueron la universidad Católica con la FEUC y la universidad de Chile con la FECECH.

Sumado a esto, las detenciones desde la universidad por efectivos militares, limitaban la reactivación de núcleos de resistencia entre los jóvenes, ya que el temor instaurado, el no saber si tu compañero de puesto te podía delatar hacían más difícil la lucha contra la dictadura.

Durante los 80’s las protestas y movilizaciones tuvieron un despertar entre 1982 y 1986, debido a la crisis económica. Los principales actores de estas huelgas fueron los proletariados, sectores medios y clase popular. La primera gran protesta tiene lugar en 1982 con las movilizaciones de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), esta tuvo la mayor convocatoria que una protesta había tenido en actos de oposición pública al régimen militar.  Posteriormente se sumaron los sectores medios, populares y estudiantiles, claramente estos fueron reprimidos por el gobierno, ligándolo al vandalismo.
Fuente: www.claudioorrego.cl

Cada uno de estos sectores tenía diferentes formas de protestar y hacer sentir su malestar, mientras los sectores populares y obreros eran más radicales en su actuar, con barricadas, incendios, etc. los sectores medios eran más cautelosos, sus manifestaciones consistían en tocar la bocina en la calles, hacer ruido con cacerolas, etc. A fines de 1986, las fuertes represiones por parte del Gobierno, el miedo,  la cercanía del plebiscito que definiría el futuro de nuestro país y la “rutinización” de la protestas, cambió el sentimiento colectivo.

Una gran parte de los involucrados, veían en el plebiscito la única vía para el retorno de la democracia. Sin embargo, todavía existían algunos grupos que creían y apelaban a que la lucha armada era la única solución para enfrentar el rigor del Régimen Militar, como por ejemplo el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el Movimiento de Izquierda Revolucionario Histórico, fuertemente reprimidos, lo que los llevó casi a extinguirse. Incluso fracciones de estos movimientos, como del MIR Renovación, volcaron sus fuerzas hacía la lucha democrática junto con los otros partidos que a la larga formarían la concertación.

Para finalizar, es lamentable lo ocurrido durante 17 años en Chile. Que aún exista impunidad para quienes infringieron el terror en una sociedad, sólo por pensar distinto. Por otra parte, estudiar gracias a la beca Valech, sabiendo que lo hago producto al sufrimiento que tuvieron que vivir miles de chilenos, incluyendo a mi familia, no es algo muy agradable. Es de esperar que en la historia de nuestro país y del mundo, no se repitan estos sucesos de violencia y represión. Que sirvan de ejemplo para las generaciones venideras y así poder vivir en un mundo donde nos respetemos y busquemos el bien común. La historia que se escribe con sangre, deja huellas tan profunda que vivirán por siempre en el recuerdo de personas, que incluso no hayamos participado de esos tiempos.
Fuente: www.especiales.latercera.cl


Felipe González Parraguez



Bibliografía
  1. “Chile actual. Anatomía de un mito”, capítulo segundo, La fase de la dictadura terrorista, Tomás Moulian.
  2. “La represión que no importó”, Sebastián Leiva Flores.
  3.  “La Explosión De Las Mayorías. Protesta Nacional 1983-1984”, Gonzalo De La Maza; Mario Garcés.
  4. "Punto de quiebre: El Mir en los ochenta", capítulo II, Julio Pinto Vallejos; Sebastián Leiva Flores.
  5. “Los guerreros de la política. La Unión Demócrata Independiente, 1983-1988, Verónica Valdivia.
  6. http://estocolmo.se/carmen/731111_lista.htm Lista de militantes del MIR asesinados por la dictadura de Pinochet.
  7. "La Rebelión Permanente", Fernando Mires.